sábado, 3 de diciembre de 2011

Características del estilo "PALO SANGRIENTO"


1. Para la enseñanza se utiliza el llamado "cuadro de equis", figura geométrica de cuatro lados iguales de 60 centímetros de longitud cada uno y cuyas esquinas diametralmente opuestas se unen por el trazado de una línea conformando una "equis" dentro de la figura. La misma es trazada en el suelo de tierra y si es piso de asfalto o cemento se pinta o se marcada con tiza escolar. Si se prefiere se puede usar cinta adhesiva.


2. El inicio del proceso de aprendizaje o instrucción se centra en el movimiento de piernas. El objetivo es lograr que el aprendiz domine un buen desplazamiento de piernas para lograr que su esquive sea efectivo y su postura de guardia denominada "perfilado" o "de perfil" sea correcta. Los ataques y sus defensas respectivas se inician con los "palos de abajo" y culmina la metodología con los "palos de arriba" o "de la cabeza".



3. Los golpes defensivos o de contraataque van dirigidos al brazo que porta el arma atacante lo que conlleva el uso permanente de lo que se ha denominado "Desniego", "deniego" o "mezquino", es el cambio "fluido" de la dirección predeterminada del ataque para evitar de forma eficaz ser alcanzado por el golpe de defensa o contraataque del contrario.


4. Uso muy limitado del recurso denominado "tapa" que es una forma de bloqueo que utiliza el arma propia como escudo. Sólo se utilizan dos a saber "tapa chorrea por dentro" y "tapa chorrea por fuera", empleadas en la "Batalla" de El Tamunangue según el esquema elaborado por el maestro Félix García. Véase las gráficas en el orden indicado anteriormente.


"Tapa chorrea por dentro".                                             "Tapa chorrea por fuera"


5. Utilización de las llamadas "líneas" en el proceso de enseñanza y aprendizaje, combinación preestablecida de dos o más técnicas básicas de ataques diferentes que se ejecutan en forma fluida y continua, y puede ser iniciada por la derecha o la izquierda.

6. El uso del garrote puede tener tres clasificaciones a saber:

-Palos de ataque o básicos:
  • ·"Palo de abajo" y su "revés de abajo",
  • ·"Puyón",
  • ·"Barriguero" y su "revés de barriguero ",
  • ·"Pechero" y su "revés de pechero",
  • ·"Palo de arriba" y su "revés de arriba". 
-Palos defensivos o de contraataque:   
  • Con dominio por arriba y con dominio por abajo,
  • Con dominio por dentro y con dominio por fuera.            
-Palos de acompañamiento: Son el resultado del movimiento generado luego de un deniego y pueden ser tanto de ataque como defensivo. Ejemplo de esto el "palo rebatido".


7. La mano vacía puede ser utilizada para la defensa o para el contraataque. Así mismo existen técnicas para el uso del cuchillo y del machete, respectivamente que utilizan los mismos desplazamientos y técnicas que se usan para el garrote.

8. El arma se esgrime con ambas manos indiferentemente, para ejecutar los ataques y/o defensas tanto con la derecha como con la izquierda.

9. Pisadas. Los desplazamientos o "pisadas" como se le suele llamar son varias y aunque similares a las de otros estilos, acá se denominan 
  •  Normal, conocida como "circular" o "franca". Es la primera pisada que se le enseña al aprendiz en el cuadro.
  • Cruzada o en cruzado.
  • Forzada adelante, conocida también como "cuarteo". Se utiliza en la defensa contra ataques horizontales o “atravesados".
  • Botante, de utilidad para el ataque a la corva. Forzada hacia atrás.
  • Cruzada hacia atrás. De uso contra ataques a las piernas.
  • Solo cabe mencionarlas ya que su explicación se hace difícil en escrito. En la práctica es mejor.
Solo cabe mencionarlas ya que su explicación se hace difícil en escrito. En la práctica es mejor.


HÉCTOR RAMOS BARRIOS.

martes, 29 de noviembre de 2011

LA CUARTA





En toda la historia de la humanidad el hombre siempre se ha valido de distintas formas, maneras y medios para medir y cuantificar todo aquello de lo cual necesita saber sus proporciones y medidas de las cosas que lo rodean. Conocida también en otros países como “palmo” o “palma” la cuarta es una de las tantas formas de medir que usan y usaban los campesinos de Venezuela para determinar el largo de las cosas o de algo en particular. La cuarta es la distancia comprendida desde la punta del dedo pulgar hasta la punta del dedo meñique cuando la mano está completamente extendida. Es la línea recta que separa ambos extremos cuando la mano presenta esa condición. 

Hoy se señala que la longitud de un garrote está entre los 60 y 80 centímetros. Anteriormente el jugador o persona que elaboraba el garrote los recortaba a "tres cuartas con cuatro dedos" más o menos. Eso según la preferencia de cada uno. Podía ser simplemente tres cuartas o tres cuartas y cinco dedos. Para el hacedor o preparador de garrotes, personaje que siempre ha estado relacionado con el arte de nuestra esgrima maderera criolla, la cuarta es la medida por excelencia usada para determinar el largo de cada uno de ellos. El uso de la cinta métrica para determinar el largo del mismo viene dado en estos tiempos. Antes no era usual. La elaboración o preparación continúa con el proceso de corte a la longitud elegida y finaliza con el alisado de la superficie con cuchillo o algún trozo de vidrio.

Sin embargo, algunos señalan que la medida idónea es aquella que va desde la doblez de la "muñeca" que es la articulación que une a la mano con el antebrazo, hasta el suelo cuando el individuo está completamente de pie y erguido. Es decir que esa será la medida apropiada ya que el largo no molestará durante la ejecución de los ataques y las defensas al empuñar el arma adecuadamente. Difícil es encontrar garrotes en la esgrima venezolana que excedan esta longitud ya que molestaría y estorbaría en gran manera el buen desempeño de los ataques con dirección ascendente, es decir de arriba hacia abajo. Eso es debido a que la punta no tocaría el suelo durante el accionar del ataque.

De todas maneras con la llegada y uso de la cinta métrica no se ha dejado de dar importancia a la utilización de la mano extendida como medida para determinar el buen largo del arma. La naturaleza de nuestro cuerpo nos proporciona referencias para determinar el tamaño y distancia adecuadas de algunas de las cosas de nuestro uso común.

Importante es saber que el futuro garrote se ha tomado del tallo delgado de un árbol joven. Se escoge el tramo del mismo y es cortado a una longitud mayor, es decir a cinco cuartas o un poco más, ya que al prepararse, es decir al momento de asarlo, puede existir la probabilidad de que el mismo se abra o "raje" en los extremos. De no ser así entonces el garrote pudiese ser más pequeño del tamaño óptimo. Conocimiento fruto de la experiencia del preparador de palos.

Mención aparte tiene el llamado "garrote de dos cuartas" o "tolete", arma pequeña y de ocultación fácil que usaban los jugadores de antes y lo llevaban guardado eficazmente entre la vestimenta para evitar ser detectado con facilidad por otras personas durante fiesta o su andar cotidiano por el pueblo o el camino.


martes, 18 de octubre de 2011

TEXTO: JUEGO DE GARROTE LARENSE (1984)

 PORTADA  Y CONTRAPORTADA DEL TEXTO "JUEGO DE GARROTE LARENSE". El método venezolano de defensa personal. De Eduardo Sanoja (1984).


Estas son la portada y contraportada del texto escrito por el Maestro Eduardo Sanoja en donde por vez primera se aborda el tema sobre el "Juego de Garrote". El mismo fue impreso en el mes de febrero del año 1984 en los talleres tipográficos de MIGUEL ÁNGEL GARCÍA E hijo, en la ciudad de Caracas, Venezuela.

A continuación se transcriben la dedicatoria y la introducción, respectivamente, de la citada obra:

A la memoria
de Clarencio Flores,
maestro
del maestro
de mi maestro,
humilde
peón de hacienda
de cuyo paso
por el mundo
solo quedó
flotando
como brisa
entre
los cañaverales
de Palavecino,
la leyenda
de su destreza…


                                         INTRODUCCIÓN 

El objetivo central de este libro es dar a conocer al pueblo venezolano
la existencia de un método criollo de defensa personal que debe ser evaluado con 
justicia y colocado en el sitial que le corresponde, tanto en el contexto de los 
métodos de autodefensa practicados en el país como dentro de nuestros valores
folklóricos no musicales. Se le denomina “juego de garrote” o “juego de palos”
y está enraizado desde hace siglos en la tierra larense.

No se pretende con esta obra, sin embargo, que el lector interesado “aprenda”
a jugar garrote por este medio. Ni esta ni ninguna práctica de este tipo puede 
conocerse y entenderse a cabalidad sin un guía, instructor o maestro.

Los libros que representan gráficamente técnicas de defensa personal son
muy útiles para repaso y perfeccionamiento a quienes las conocen, pero inútiles,
confusos y hasta peligroso para quienes pretendan ejercitarlas sin maestro.

El contenido gráfico incluye grabados relativos al juego, escenas del juego,
practicas de “figuras” y fotos de jugadores. Casi todo el material ha sido recopilado
exclusivamente para esta obra, pues ha sido difícil conseguir fotos de otras
épocas.

Al señalar este sendero hacia la defensa personal, el deseo fundamental del
autor es que quienes lo encuentren  lo conserven puro. Sin amalgamarlo con
métodos extranjeros. Sin violar el espíritu venezolano en sus prácticas. Sin saludos,
ritos, reverencias ni uniformes foráneos. Con compañerismo. Sin protocolos.
Con franelas o a pecho desnudo. Con exigencias. Sin mingonerías. Como lo que
es. Un juego viril. Un juego de hombres.

sábado, 24 de septiembre de 2011

MERCEDES PÉREZ









Me inicié en el arte del juego de garrote con el maestro Eduardo Sanoja el 21 de septiembre de 1989. Día jueves para ser más exacto. El martes anterior había recibido de sus manos como obsequio, eso sí, con el objetivo bien especifico de que lo leyera, un ejemplar del libro “El garrote en nuestras letras” de su coautoría con Irene Zerpa. Ese fue mi iniciar en el camino en el cual compartiría, además de Sanoja, con Ángel Zamora, Ervil Franco, Carlos Arellano (padre), Ramón Sarmiento y eventualmente Alfredo Lobaty y Jacobo Sanoja, y otros tantos buenos amigos más.

Durante mis primeras practicas, cada cierto tiempo, mencionaban a un tal “Mercedes”. Que si esto que si lo otro de ese “señor” a quien yo aún no conocía. Entonces mi curiosidad se volvió certeza al saber que dicho personaje no era más que el “maestro” de mi maestro. Dicen que la curiosidad mató al ratón. Mas sin embargo “pensé” sin dudar en ir algún día a conocer al personaje. Y así fue. Un domingo bien tempano me encontré a casi todos mis compañeros, de los martes y jueves por la noche, compartiendo con “el viejo” Mercedes. Me presentaron ante él y de allí en adelante se hizo habitual mis asistencias a su “patio”. Allí también estaban los hermanos Pérez Wilke, Abel y Alejandro, sus alumnos más jóvenes. Unos “chamitos” para entonces. Y también uno que otro que se acercaba a “aprender” algo con el maestro. Eventualmente, por lo menos una vez al mes, aparecía Livio. Motivo de alegría y orgullo para el viejo. Para él era un honor que alguien de Caracas lo visitase y quisiese aprender lo que él sin mezquindad enseñaba. Mas adelante se integrarían Miguel A. Cordero, Wiston Hidalgo, Yoel Morales, y otros que no siguieron.

Debo confesar, en honor a la verdad, que estaba bastante asustado en mis inicios a su patio porque en mi cabeza revoloteaban expectativas y emociones encontradas. Pero al tiempo fue pasando el “susto” y entré en el canal de la verdad: Al maestro le gustaba enseñar y hacerlo de verdad sin que nada se le pasara por alto. Él quería que uno lo aprendiese todo… Mas eso sí, todo tiene su precio… Se terminaba el entrenamiento con las piernas "más rayadas que un tigre" de tantos toques certeros que “el viejo” propinaba. Los palos “zumbaban como cortando el aire...”
a centímetros de la oreja.

Para él todos eran bienvenidos. Nada era excepción a esa regla suya. Lo único era que no le llegaran muy temprano, es decir antes de las siete de la mañana. Se levantaba muy "de madrugada", a eso de las cinco o antes, y previo a las clases él dedicaba buena parte del tiempo a darle comida a sus gallinas y a su perro guardián; a limpiar “el patio” para acondicionarlo: -“pa´ cuando los muchachos lleguen…”. Y para que no se levantara polvo le rociaba abundante agua, como quién dice “pa aplacá la tierra”.

Son varias  y no pocas la cosas que recuerdo del maestro, que a lo mejor ya han sido dichas antes. Una de ella es que era de extracción campesina, humilde, lo que no restaba en su don de gente y caballerosidad. Era hospitalario y amable con quien lo visitaba. Por lo menos una tacita de café ofrecía. Doña Berta (Norberta) lo traía a la mano del visitante.

No era echón o jactancioso con lo que sabía, en lo que arte del garrote se dice. Sabía lo que tenía y gustaba más que nada ofrecerlo a quien le quisiese aprender sus técnicas. “…el que quiere besar, busca la boca… así esa muchacha esté en Valencia o donde sea…”, decía.

No andaba con un garrote debajo del brazo “por si acaso”, a la usanza de algunos contemporáneos suyos. A la pregunta de ¿por qué usted no lo carga, maestro?,  él respondía: “Las armas las carga el enemigo”. Confiaba plenamente en sus facultades defensivas.

Su mejor “amigo” indudablemente era el arte que sabía. Lo llevaba como quien lleva un pañuelo en el bolsillo de su camisa, y lo saca cuando lo necesite.

Católico. Las tardes del domingo eran sagradas. Se le podía ver de pie detrás de la última banca del lado izquierdo de la capilla del pueblo de La Piedad escuchando la misa. Era impelable. Se hizo  una costumbre más acentuada en sus últimos años de lucidez.

Gustaba de usar las dos manos en cualquier oficio: -“cuando usted le dé diez veces por un lado va y le da diez veces por el otro…” ó –“ay que ser “ambedestro” (ambidiestro) pa´ todo…”

Era “Caraquista”. De Los Leones del Caracas B.B.C. Extraño para un “guaro” quien debería ser fanático de Los Cardenales de Lara. Y mejor no hablarle mal de su equipo. Ni Papá Dios le hubiese podido hacer cambiar de opinión. Su pasión le venía de joven desde que esa franquicia se llamaba entonces “Cervecería Caracas”.

Por lo general no gustaba de consumir licor. De acostarse temprano, eso sí. Sin embargo lo vi echarse “unos tragos” de “guarapita” en el acto de inauguración de la exposición “EL NOBLE JUEGO DEL GARROTE”, en el Museo de Barquisimeto en junio de 1993. Seguramente por la emoción que le embargaba le pidió a Mércida, su hija que le acompañaba, que se lo sirviera en un "vasito".  Gustaba como buen hombre de campo de consumir “chimó”, costumbre que abandonó en sus últimos años.

Y algo muy importante. Era “MALICIOSO” a más no poder. Nos decía que había que estar “mosca”, “alertas”. Le aconsejaba en una oportunidad a su hijo Pedro Pérez Burgos lo siguiente: –“si usté va por una acera y de frente viene un tipo, cámbiese pa´ la otra acera. Si el tipo se cambia, entonces ese tipo le quiere echar una vaina…”. Era su “filosofía de vida”.

Hoy estaría cumpliendo 94 años nuestro recordado y siempre amado Mercedes Pérez. El GRAN MAESTRO. “El tigre de La Piedad” como lo llamaría el maestro Eduardo Sanoja alguna vez. Y digo gran maestro no con exageración y adulancia sino porque él era, así como excelente jugador de garrotes, todo un caballero, un señor. Hombre franco y de verbo sincero. Si mal no recuerdo nunca le oí decir una exageración o una mentira. Menos una mala palabra u ofensa. Él era demasiado honesto con su palabra y tanto es así que siempre se le escuchaba sobre su juego decir: -“yo enseño todo lo que tengo. No me guardo nada” “aquí el que quiere venir a aprender, yo le enseño lo que sé”. Ese era Mercedes Pérez. Mercedes. Extraño nombre para un hombre. Más porque quizás nació el día de celebración de “Nuestra señora de la Merced”, es decir el 24 de septiembre. Sus padres (Toribio Pérez Torrealba y Anastasia Amaro) o alguno de ellos lo decidieron así. Pero que va. Ni aun con ese nombre se le resto su hombría y valentía.

Lo que escribo me da cierta nostalgia. Me vienen recuerdos de tantas cosas. Sobre todo de su lamentable enfermedad que provoco su postración en su “perezosa”, cama que colocaban sus familiares bajo un techo con vista hacia el patio, en donde el viejo pasaba horas y horas de conciencia “perdida”. Alzheimer. Cuando le visitaba algunas veces entre días de semana doña Berta, su esposa ya fallecida, y alguna de sus hijas me decían que no reconocía a nadie. Que no escuchaba… Mas sin embargo, una tarde de visita él nos dio tremenda sorpresa. Producto, quizás de un lapsus de lucidez, mientras le acariciaba sus pies desnudos pronunció: -¡Eitor (Héctor), viniste! Sorpresa para los presentes y para mí. Mi reacción de asombro produjo llanto y satisfacción: El viejo Mercedes no se rendía…

Lamentablemente para mí no pude asistir a su funeral y sepultura. Casualidades. Se me había muerto también un allegado muy importante. Y no supe por la distracción de esa situación de que ese día también había muerto Mercedes. Quince días después un amigo me habló de ello. Lo lamente mucho durante bastante tiempo.

A todos los que asistíamos durante un buen tiempo a sus clases nos acobijó como hijos suyos y eso nos lo decía y hacía sentir. Se convirtió para algunos de nosotros como un padre o ese abuelo sabio que quizás no llegamos a tener y disfrutar. Más que lujo de “abuelo” diría yo ahora.

Anoche conversé por teléfono con su hijo Pedro Pérez y recordamos muchas cosas más. Le envió saludos a todos a los que no había vuelto ver. Hoy celebro su cumpleaños e imagino que también muchos de mis antiguos compañeros que lo recuerdan. El próximo 29 de este mes de septiembre será para recordar que hace ocho años dejaron de  “roncar”  sus garrotazos… “como cortando el aire”…

HECTOR RAMOS BARRIOS

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Revista PARÉNTESIS.

Nota informativa aparecida en la REVISTA PARÉNTESIS. Año XIV N° 737. 
Revista dominical del diario "El Carabobeño"
Domingo 6 de junio de2010.
Valencia, estado Carabobo, República Bolivariana de Venezuela.


Por: MARIANA OVIEDO RANGEL.
Fotos: Fernando Aguirre



miércoles, 4 de mayo de 2011

LA LINEA

Utilizada por unos e ignorada por otros este recurso didáctico ha estado presente en el tiempo y en la estructura de enseñanza de diversas escuelas que han manejado el arte del Juego de Garrote Venezolano.
La línea es el combinar de dos o más técnicas o  palos de ataque, básicos o no, que por ende  deben ser “acompañados” de sus respectivas defensas y/o las variantes de  estas. También existen las llamadas lineas "sencillas" o "simples" de un solo ataque  Su ejecución se debe desarrollar con clara continuidad, y según sea el caso, iniciándose bien sea desde abajo hacia arriba o desde arriba hacia abajo, dirigiendo igualmente el ataque al flanco derecho y al  izquierdo, indistintamente.
Para que una línea sea “correcta” o "cuadre" tiene que tener correspondencia el palo con la que la inicia cada jugador. Es decir, que cada ejecutante debe iniciar con el mismo ataque tanto si es con  mano derecha como con mano izquierda. Sin embargo, ´pueden existir casos de líneas en que cada jugador inicia con una mano distinta a la de su compañero. Esta eventualidad se da  porque el último ataque y su defensa respectiva no permiten concordancia para que el siguiente ejecutante enlace con la misma mano con la que inició su compañero. Es lo que se llama una "línea de manos alternas”. Sin embargo eso no significa que este tipo de linea no se utilize, mas en esto el maestro o instructor debe estar atento a la ejecución ya que se presta a equivocación al momento del desarrollo del ejercicio.
¿Más que se busca con la línea? ¿Que se persigue con su utilización? ¿Cuál es el objetivo? Para algunos maestros lo que se busca primero es que el aprendiz “suelte” las manos. Que haga uso de cambios de mano constantes y adecuados para irse acostumbrando a ello. Que el individuo  pase el arma de izquierda a derecha, y viceversa,  durante el proceso de desarrollo de la línea. Que lo haga sin titubeos y que eso le “abra” el entendimiento hacia el juego.
Al mismo tiempo con la línea se  busca desarrollar destreza, y si ya se ha alcanzado esta pues simplemente mantenerla. Por eso algunos maestros le consideran de gran valor didáctico y de entrenamiento. Tanto así que ha formado parte esencial del esquema de enseñanza de varias escuelas o estilos existentes a lo largo de la historia de este arte.
En el estilo “Palo Sangriento” se hace uso suficiente de las líneas, sencillas de un solo palo, doble o más. En su esquema de enseñanza se inicia el uso de las lineas "dobles" con una cuyo nombre es particular, se le llama la “línea morocha” en donde se inicia esta con ataque de “palo de abajo” y luego con “revés arriba” o a la cabeza, cada uno con sus respectivos “quites” o defensas. Otro aspecto a destacar es que las líneas desarrolladas para garrote en este estilo suman más de 70, otras tantas para cuchillo y machete.
Como un detalle importante, cabe destacar que la línea es un  elemento de invalorable servicio para corregir fallas en la defensa del aprendiz cuando se está iniciando  en el juego. Este sería el caso de, por ejemplo, que el maestro detecte determinada falla en su defensa, pues entonces le sugiere a la pareja ejecutante que desarrollen una línea preestablecida para la mejora de ese aspecto errado. Por otro lado, además, es un excelente recurso para el perfeccionamiento en la ejecución de cada técnica, sea esta de ataque o defensiva, pues esto se logra con la repetición adecuada del movimiento. Para finalizar queremos señalar  que desde el punto de vista de conjunto el juego no es más que la unión de varias líneas. Y es que el juego es, por así decirlo, desde el primer palo que se tira hasta el último que se ejecuta un gran conjunto de líneas. 

HECTOR RAMOS BARRIOS

jueves, 28 de abril de 2011

viernes, 15 de abril de 2011

EL DESNIEGO

El juego de garrote venezolano es un sistema de defensa personal que posee una enorme riqueza de técnicas y movimientos, que lo hacen muy atractivo a la vista pero también exigente fisicamente y sobre todo muy efectivo desde el punto de vista defensivo. Existen diferentes técnicas de ataque y defensa mediante el uso del “garrote” (bastón de madera utilizado como arma), cuchillo, machete y mano limpia, asi como también agarres, llaves y derribos que van a variar en cuanto a la diversidad e intensidad de acuerdo al "estilo" que sea practicado. Existen estilos que dependen en gran medida del uso exclusivo del garrote para el ataque y la defensa, además de tener poco movimiento por parte de los practicantes. En otras modalidades de juego  es bastante usada la mano limpia junto con los derribos y aquellos sistemas muy completos  con gran variedad de desplazamientos y abundancia de técnicas.
El estilo que orgullosamente practico desde hace 20 años, gracias a la enseñanza del Maestro Felix García, y que lleva por nombre “Palo Sangriento”, se incluye en el grupo de aquellas modalidades que cuentan con una amplia gama de técnicas de ataque y defensa, donde se usa el cuchillo, machete, mano limpia para defender y contraatacar, ademas de una fuerte intensidad de sus movimientos. Una de las particularidades de este estilo es el hecho de que la defensa se realiza casi en un noventa por ciento sobre el brazo del atacante, buscando lesionarlo seriamente y desarmarlo (de ahí el nombre del estilo), pero existe otro elemento destacable y muy interesante del “Palo sangriento” que lo constituye el “desniego” o también llamado "deniego" o "mezquino" en otros estilos que lo utilizan. Desnegar o mezquinar consiste en proteger el brazo atacante de la defensa del oponente, el cual no solo implica el movimiento del brazo que ataca, sino también un desplazamiento del cuerpo que persigue salvaguardar la integridad del mismo, pues la mayoría de los “quites” (técnica defensiva) en este estilo, no solo buscan el brazo atacante sino tambien cualquier parte de la humanidad de quien ataca, que se encuentre en la linea que describe el movimiento defensivo. El desniego además busca evitar la toma del garrote o del brazo de la persona que ataca, por parte de quien defiende, evitando que este pudiese aplicar un desarme o alguna técnica que ocasione  luxación,  fractura, o una caida (técnica de derribo).
En mi opinión como jugador de garrote considero que el desniego constituye una técnica fundamental dentro de este sistema y que la destreza en su aplicación establece un alto grado de evolución como jugador, ya que se requiere un dominio absoluto de las “pisadas” (diferentes desplazamientos de pierna), confianza en el uso del garrote, buen acondicionamiento del brazo y muñeca y la adecuada y rapida coordinación de mente y cuerpo para que sin disminuir la velocidad y violencia del ataque,  se tenga una rápida reacción que permita proteger la integridad del atacante ante un movimiento defensivo del oponente que busca protegerse lesionando al agresor. 
Por Manuel Augusto Rodriguez Médicci (jugador de garrote). Barquisimeto 02/04/2011